Algunos fenómenos que ocurren en la naturaleza tienen rasgos infrecuentes que crean temor entre la gente y por consecuencia, a veces provocan ideas supersticiosas e incluso politeístas en algunas personas sin educación.
Es deber de las religiones con orígenes celestiales llevar la mente hacia los factores originales de estos fenómenos y prevenir la desviación en el pensamiento.
En el Islam, una oración en particular se ha hecho obligatoria para tales fenómenos, de modo que la gente dirija su atención hacia Dios, el Creador del universo, y considerar Su poder como la fuente real de estos cambios y sucesos. Esta oración se llama Salat al-Ayat (Oración de los Signos) porque se ofrece con la aparición fenómenos naturales, los cuales son signos y símbolos del poder de Dios en el mundo.
Leemos en los libros sobre leyes prácticas del islam que el salat al-ayat es de obligatoria realización cuando ocurren los siguientes fenómenos:
- eclipse solar (kusuf);
- eclipse lunar (khusuf);
- terremotos;
- truenos y relámpagos, o tormentas y vientos huracanados que asusten a la mayoría de la gente.
Salat al-Ayat como una lección sobre el monoteísmo (tawhid)
La aparición de fenómenos naturales y astronómicos fue considerada desde la antigüedad por personas de mente estrecha o supersticiosa como un signo de la ira de la naturaleza y la ira de los dioses. Puesto que no eran conscientes de la naturaleza real y las causas de estos eventos, solían ser descuidados de Dios y concentraban su atención en la naturaleza sin vida. En particular y a modo de ejemplo, los adoradores del sol y de la luna en varias civilizaciones antiguas, tenían sus propias ideas supersticiosas con respecto a eclipses y otros fenómenos astronómicos.
Ofrecer salat al-ayat está destinado a llamar la atención de las personas hacia la Fuente Primaria de la creación y los cambios naturales, a saber: Allah el Dios único. También da una lección sobre el monoteísmo o tawhid.
Se narra que hubo un eclipse solar cuando Ibrahim, un hijo del Profeta (P) murió en la infancia. La gente comenzó a decir que la pérdida de la descendencia masculina del Profeta era la razón detrás del eclipse solar. En un intento por corregir dichas nociones y suposiciones erróneas, el Apóstol de Allah subió al púlpito (minbar) y después de alabar y exaltar a Dios, dijo: “¡Oh pueblo! Sepan que el sol y la luna están entre los signos (ayat) de Allah. Ellos recorren sus respectivos cursos por Su mandato y siguen Su orden. Los eclipses no tienen lugar a causa de la muerte o la vida de nadie. Por lo tanto, si hay un eclipse solar o lunar, ofrezcan una oración”. Después de este discurso, bajó del púlpito y junto con la gente ofreció una oración por el eclipse.
Podemos aprender dos importantes lecciones del comportamiento del Profeta (P):
- Una lección es que el Profeta (p) primero iluminó las mentes sobre el fenómeno natural y luego realizó una oración por los signos naturales. Lo cual implica que la comprensión adecuada y el pensamiento correcto son necesarios para una adoración correcta completa.
- La otra lección es que, siendo hombre de Dios y verdadero mensajero, habló la verdad y atrajo la atención del pueblo hacia Dios. Por el contrario, los engañadores y charlatanes tal vez aprovecharían tal evento para llamar la atención hacia ellos mismos. Analizarían e interpretarían incluso los acontecimientos naturales para sus deseos egoístas.
El Imam Sadiq (p) relató que su padre dijo: “Los terremotos, eclipses solares y lunares, vientos fuertes y espantosos, estarán entre los signos del Día de la Resurrección. Siempre que los vean, piensen en el Día de la Resurrección, busquen refugio en las mezquitas y permanezcan en oración”.
Esta narración también atrae la atención de la gente al Señor de la Naturaleza, en vez de la naturaleza, y al final, el ‘centrarse en Dios’ se completa con la oración.
Forma de realizar la Oración del Ayat (Salat al-Ayat).
*De acuerdo al libro de leyes prácticas del Islam (Tawdih Al-Masail) de Ayatollah Sayyed Ali Hussaini al-Sistani.
La oración del ayat se compone de 2 ciclos, en cada uno de los cuales hay 5 inclinaciones o ruku en vez de uno.
En el primer ciclo, después de la intención y de decir el takbiratul ihram, se debe recitar la sura “Al Fatihah” y una sura corta. Luego se realiza la primera inclinación (ruku). Al levantarse, se recita otra sura, y así sucesivamente hasta cumplir las 5 inclinaciones. Después se realizan las prosternaciones o sujjud de manera normal, se pasa al segundo ciclo, que es igual al primero. Finalmente se hacen el tashahhud y la salutación final (taslim).
Existe además otra forma de realizar la oración, la cual consiste en recitar la segunda sura dividida en 5 partes. Es decir, se recita “Al Fatihah” y la primera parte de cualquier sura, por ejemplo, sura ‘Al Ikhlas’ (112) o sura ‘El alba’ (113), y se inclina y al levantarse se recita la segunda parte de la sura para luego volver a inclinación y así sucesivamente hasta cumplir con las 5 inclinaciones. El segundo ciclo se hace igual al primero y se finaliza de la forma habitual en los rezos.
Consideraciones generales
- Si cualquiera de los fenómenos por los cuales es necesario realizar la oración del ayat se repitiese varias veces, el orante deberá realizar una oración por cada uno de ellos. Lo mismo si sucedieran diversos fenómenos simultáneamente como las réplicas en los terremotos.
- Quien debe recuperar varias oraciones de ayat no le es necesario definir a qué fenómeno pertenece cada una de ellas.
- En caso de eclipses, el tiempo de realización de la oración es desde el comienzo del mismo y se extiende hasta su finalización, cuando el sol o la luna retornan a su condición y forma normal.
- Es mejor no postergar la realización de la oración hasta que comience la conclusión del eclipse. Sin embargo, la oración podrá durar hasta luego de finalizado el mismo.
- Quien postergue su oración hasta el momento en que comienza el paso del eclipse podrá hacerla con intención normal, mientras que aquel que rece después de terminado el mismo deberá hacerlo con intención de compensación por rezo perdido.
- Si alguien no supiese que está ocurriendo un eclipse y se entrase luego de finalizado el mismo, si hubiese sido un eclipse total, deberá realizar la oración en compensación; pero si fuese un eclipse parcial, no tendrá la obligación de recuperarla.
La ocurrencia de tales eventos fue considerado por los estrechos de mente como un signo de la ira de la naturaleza y la ira de los dioses. Dado que no ten an conocimiento de la naturaleza y las causas de estos eventos, que sol an ser indiferentes a Dios y centraban su atenci n a la naturaleza muerta. En particular, los adoradores de la luna y el sol ten an sus propias ideas superticiosas.