Autor: Sayyed Mahdi al-Modarresi | Traducción: Aaron P. Mourtada
No es la peregrinación a la Meca de los musulmanes ni el Kumbh Mela de los hindúes. Conocida como Arbaeen, es la reunión con más asistentes del mundo y probablemente nunca hayas oído hablar de ella. La congregación no solo excede el número de visitantes a La Meca (cinco veces más asistentes), sino que es más importante que el Kumbh Mela, ya que este último solo se celebra cada tres años. En resumen, Arbaeen empequeñece cualquier otra reunión del planeta, alcanzando los más de veinte millones de asistentes el año pasado. Es un asombroso equivalente al 60% de la población total de Iraq, y crece año tras año.
- La reunión más grande del mundo
- La mesa con comida más grande del mundo
- El mayor número de personas alimentadas gratuitamente
- El más grande número de voluntarios sirviendo en un solo evento
Estos son algunos records que deberían registrarse en el Libro de los Record Guinness para Arbain, la conmemoración que tiene lugar 40 días después del aniversario de la muerte del Imam Hussein, nieto del profeta Muhammad, la paz sea con ellos y que es conocida como Arbaeen, que en árabe significa cuarenta. Cerca de 26 millones de personas peregrinaron y se reunieron el año pasado para conmemorarlo en la ciudad santa de Karbalá, en Irak.
Sobre todo, Arbaeen es único porque tiene lugar en el contexto de escenas geopolíticas caóticas y peligrosas. Daesh (también conocido como «Estado Islámico») ve a los musulmanes chiítas como su enemigo mortal, por lo que nada enfurece más al grupo terrorista que ver a peregrinos chiítas reunidos para su mayor demostración de fe.
Hay otra característica peculiar de Arbaeen. Si bien se trata de un ritual distintivamente chiíta, los musulmanes sunnitas, incluso los cristianos, los yazidis, los zoroastrianos y sabeos, participan tanto en la peregrinación como en el servicio a los devotos. Esto es notable dada la naturaleza exclusivamente religiosa de los rituales, y solo podría significar una cosa: las personas, independientemente de su color o credo, ven a Hussein como un símbolo universal y sin fronteras de libertad y compasión.
Por qué nunca has oído hablar de esta reunión probablemente tenga que ver con el hecho de que la prensa se preocupa más por los tabloides negativos, sangrientos y sensacionalistas que por las narrativas positivas e inspiradoras, particularmente cuando se trata del Islam. Si unos cientos de manifestantes antiinmigración toman las calles de Londres, seguramente aparecerá en los titulares… El mismo nivel de tiempo aire se otorga a una marcha en favor de la democracia en Hong Kong o una manifestación contra Putin en Rusia. Pero una reunión ¡de veinte millones en abierto desafío al extremismo y la injusticia de alguna manera no logran siquiera entrar en el teletipo de las noticias de televisión! Se impone un embargo no oficial en los medios de comunicación sobre el gigantesco evento a pesar de tener todos los elementos críticos de una noticia llamativa; los números asombrosos, la importancia política, el mensaje revolucionario, el telón de fondo tenso, así como la originalidad. Pero cuando una historia así lo hace a través del eje editorial de los principales medios de comunicación, crea ondas de choque y toca a la gente común.
Entre las innumerables personas inspiradas por dicho evento, se encuentra un joven australiano converso al Islam que conocí hace varios años. Evidentemente, nadie toma una decisión que altere su vida a la ligera, así que al preguntarle, me dijo que todo comenzó en 2003. Una noche, mientras miraba las noticias, fue atraído por escenas de millones de personas que se dirigían a una ciudad santa conocida como Karbalá , cantando el nombre de un hombre del que nunca había oído hablar: «Hussein». Por primera vez en décadas, en un evento televisado a nivel mundial, el mundo había vislumbrado el fervor religioso previamente reprimido en Iraq.
Con el derrocamiento del régimen de Sadam Hussein, los espectadores occidentales estaban ansiosos por ver cómo los iraquíes responderían a una nueva era libre de la persecución de la dictadura. La ‘República del miedo’ se había derrumbado y el genio había escapado irreversiblemente de la botella. «¿Dónde está Karbalá y por qué todos se dirigen en su dirección?» él recuerda preguntarse a sí mismo. «¿Quién es Hussein que motiva a la gente a desafiar todas las probabilidades y salir a llorar su muerte catorce siglos después?»
Lo que presenció en ese reportaje de 60 segundos fue especialmente conmovedor porque las imágenes no se parecían a ninguna otra que hubiera visto en su vida. Un ferviente sentido de conexión convertía a los peregrinos humanos en limaduras de hierro, uniéndose unos a otros mientras se acercaban a lo que solo podía describirse como el campo magnético irresistible de Hussein. «Si quieres ver una religión viva, que respira y dinámica, ven a Karbala», dijo.
¿Cómo podría un hombre que fue asesinado hace 1398 años estar tan vivo y tener una presencia tan palpable hoy en día haciendo que millones sigan su causa y vean su situación como la suya propia? Es improbable que la gente se involucre en una disputa (mucho menos una que ha ocurrido en la antigüedad) a menos que tengan un interés personal en el asunto. Por otro lado, si creyeras que alguien estaba involucrado en una pelea por tus derechos a la libertad, tu prerrogativa de ser tratado con justicia y tu derecho a una vida digna, sentirías un gran interés y empatía por él; al grado de que la conversión a sus creencias no es una posibilidad descabellada.
Una tragedia digna de ser recordada
Hussein, nieto del Profeta Muhammad, es reverenciado por los musulmanes como el «Príncipe de los Mártires». Fue asesinado en Karbala en un día que es conocido como Ashura, el décimo día del mes islámico de Muharram, después de haberse negado a jurar lealtad al califa corrupto y tiránico, Yazid.
Él, su familia y sus compañeros fueron rodeados en el desierto por un ejército de 30,000 personas, carentes de comida y agua, y luego decapitados de la manera más brutal, una historia gráfica relatada desde los púlpitos de las mezquitas cada año desde el día en que fue asesinado. Sus cuerpos fueron mutilados. En palabras del historiador inglés Edward Gibbon: «En una edad y un clima lejanos, la escena trágica de la muerte de Hussein despertará la simpatía del lector más frío».
Desde entonces, los musulmanes chiítas han llorado la muerte de Hussein, en particular en los días de Ashura, y luego, cuarenta días más tarde, en Arbaeen. Cuarenta días es la duración habitual del duelo en muchas tradiciones árabes y musulmanas. Este año, Arba’een cae el viernes 10 de Noviembre.
Un Largo Camino
Viajé a Karbala, mi hogar ancestral, para descubrir por qué la ciudad es tan embriagadora. Lo que presencié me demostró que incluso la lente de la cámara con un ángulo más amplio es demasiado estrecha para capturar el espíritu de esta reunión tumultuosa pero pacífica.
Una avalancha de hombres, mujeres y niños, pero más visiblemente mujeres con velo negro, llenan la vista de un extremo del horizonte al otro. Las multitudes eran tan grandes que causaron un bloqueo a cientos de millas.
La distancia de 425 millas entre la ciudad portuaria sureña de Basra y Karbala es un largo viaje en automóvil, pero es inimaginablemente arduo a pie. Les toma a los peregrinos dos semanas completas completar la caminata. Personas de todas las edades caminan pesadamente bajo el sol abrasador durante el día y en un frío escalofriante durante la noche. Viajan a través de terrenos accidentados, por caminos desiguales, a través de fortalezas terroristas y marismas peligrosas. Sin siquiera las comodidades más básicas o equipo de viaje, los peregrinos llevan poco más de su amor ardiente por «El Maestro» Hussein. Las banderas y pancartas les recuerdan, y al mundo, el propósito de su viaje:
Oh Ego mío, eres inútil después de Hussein.
Mi vida y mi muerte son una y la misma,
Entonces, ¡qué importa si me llaman loco!
El mensaje es paráfrasis de una epopeya recitada por Abbas, el hermano de Hussein y su lugarteniente de confianza, quien también murió en la batalla de Karbala en el año 680 dC mientras intentaba traer agua para sus sobrinas y sobrinos con sed. Con la inseguridad que convierte a Iraq en el titular número uno del mundo, nadie duda de que esta afirmación sea genuina en todos los sentidos.
Almuerzo gratis … ¡Y cena, y desayuno!
Una parte de la peregrinación que dejará perplejo a todos los visitantes es la visión de miles de tiendas con cocinas improvisadas instaladas por los aldeanos locales que viven alrededor del camino de los peregrinos. Las tiendas (llamadas ‘mawkeb’) son lugares donde los peregrinos obtienen prácticamente todo lo que necesitan. Desde comidas frescas hasta refrigerios y un espacio para descansar, llamadas telefónicas internacionales gratuitas para tranquilizar a los parientes interesados, pañales para los bebés, y prácticamente todas las demás necesidades, de forma gratuita. De hecho, los peregrinos no necesitan llevar nada en el viaje de 400 millas, excepto la ropa que usan.
Más intrigante es cómo se invita a los peregrinos a comer y beber. Los organizadores de Mawkeb interceptan el camino de los peregrinos para suplicarles que acepten sus ofrendas, que a menudo incluyen un conjunto completo de servicios: primero puedes tomar un masaje en los pies, luego te ofrecen una deliciosa comida caliente y luego te invitan a descansar mientras tu ropa es lavada, planchada y luego devuelta después de una siesta. Todo gratuito, por supuesto.
Para cierta referencia, considera esto: después del terremoto de Haití, y con la simpatía y apoyo de todo el mundo, el Programa Mundial de Alimentos de la ONU anunció la entrega de medio millón de comidas en el momento álgido de sus esfuerzos de ayuda. El ejército de los Estados Unidos lanzó la Operación Respuesta Unificada, que reúne los recursos masivos de varias agencias federales y anunció que dentro de los cinco meses posteriores a la catástrofe humanitaria, se entregaron 4.9 millones de comidas a los haitianos. Ahora compare eso con más de 50 millones de comidas por día durante Arbaeen, equivalentes a alrededor de 700 millones de comidas durante la peregrinación, todas financiadas no por las Naciones Unidas ni organizaciones benéficas internacionales, sino por trabajadores pobres y agricultores que hacen un considerable esfuerzo para alimentar a los peregrinos y ahorran todo el año para que los visitantes estén satisfechos. Todo, incluida la seguridad, es proporcionado principalmente por combatientes voluntarios que tienen un ojo puesto en el Daesh, y otro en proteger el camino del peregrino. «Para saber lo que enseña el Islam», dice un organizador de Mawkeb, «no mires las acciones de unos pocos cientos de terroristas bárbaros, sino los sacrificios desinteresados exhibidos por millones de peregrinos Arbaeen».
De hecho, Arbaeen debería figurar en el Libro Guinness de los Récords en varias categorías: la mayor reunión anual, la mesa de comedor más larga, el mayor número de personas alimentadas de forma gratuita, el mayor grupo de voluntarios que sirven un solo evento, todo bajo la amenaza inminente de ataques suicidas.
Devoción inigualable
Solo mirar a las multitudes te deja sin aliento. Lo que se suma al espectáculo es que, a medida que las condiciones de seguridad empeoran, aún más personas están motivadas para desafiar las amenazas terroristas y marchar en desafío. Por lo tanto, la peregrinación no es un mero ejercicio religioso, sino una audaz declaración de resistencia. Se han publicado videos en línea que muestran cómo un terrorista suicida se explota en medio de los peregrinos, solo para que la multitud se presente en números cada vez mayores, cantando al unísono:
Aun si cortasen nuestras piernas y manos,
¡Nos arrastraremos a las Tierras Sagradas!
Las terribles explosiones de bombas que tienen lugar todo el año, dirigidas principalmente contra peregrinos chiítas y que se llevan innumerables vidas, ilustran los peligros que enfrentan los chiítas que viven en Iraq y la inseguridad que continúa asolando al país. Sin embargo, la inminente amenaza de muerte no parece disuadir a las personas, jóvenes y viejos, iraquíes y extranjeros, de realizar el peligroso viaje a la ciudad santa.
No es fácil para alguien ajeno, entender lo que inspira a los peregrinos. Ves mujeres cargando niños en brazos, ancianos en sillas de ruedas, personas con muletas y personas mayores ciegas con bastones. Conocí a un padre que había viajado desde Basora con su niño discapacitado. El niño de 12 años tenía parálisis cerebral y no podía caminar sin ayuda. Entonces, durante una parte de la caminata, el padre colocó los pies del niño sobre los suyos y lo sostuvo por las axilas mientras caminaban. Es el tipo de historia con la que se crean películas ganadoras de un Oscar, pero parece que Hollywood está más preocupado por los héroes del comic que por los héroes de la vida real cuyo superpoder es su coraje y compromiso.
La Cúpula dorada de Hussein
Los visitantes al santuario de Hussein y su hermano Abbas no están motivados solo por la emoción. Lloran recordando la naturaleza atroz de su muerte, al hacerlo, reafirman su compromiso con sus ideales.
Lo primero que hacen los peregrinos al llegar a su santuario es recitar el Ziyarah, un texto sagrado que resume el estatus de Hussein. En él, comienzan el discurso llamando a Hussein el «heredero» de Adán, Noé, Abraham, Moisés y Jesús. Hay algo profundo en hacer esta proclamación. Muestra que el mensaje de Husein de verdad, justicia y amor por los oprimidos es visto como una extensión inseparable de todos los profetas designados divinamente.
La gente va a Karbalá no para maravillarse con el paisaje de la ciudad: exuberante con palmeras datileras, o para admirar la belleza física del mausoleo, o para comprar, entretenerse o visitar sitios históricos antiguos. Ellos van a llorar. Llorar y experimentar el aura angelical de Hussein. Entran en el santuario sagrado llorando y lamentando el mayor acto de sacrificio jamás visto.
Es como si cada persona hubiera establecido una relación personal con el hombre que nunca habían visto. Hablan con él y dicen su nombre; tocan la celosía que protege su tumba; besan el piso que conduce al santuario; tocan sus paredes y puertas de la misma manera que uno toca la cara de un amigo perdido hace mucho tiempo. Es una vista pintoresca de proporciones épicas. Lo que motiva a estas personas es algo que requiere una comprensión del carácter y el estado del Imam Hussein y la relación espiritual que aquellos que han llegado a conocerlo han desarrollado con su leyenda viviente.
Si el mundo entendiera a Hussein, su mensaje y su sacrificio, comenzarían a comprender las raíces antiguas de Daesh y su credo de muerte y destrucción. Hace siglos, en Karbalá, la humanidad fue testigo de la génesis de las monstruosidades sin sentido, personificada en los asesinos de Hussein. Era una oscuridad completamente negra contra una luz brillante absoluta, una exhibición de vicio contra un festival de virtud, de ahí el potente espectro de Hussein en la actualidad. Su presencia está primordialmente entretejida en cada faceta de sus vidas. Su leyenda alienta, inspira y enarbola un cambio para mejor, y ninguna cantidad de invisibilización en los medios puede extinguir su luz.
Esta conmemoración puede llevar a varios a preguntarse: ¿Dónde está Karbalá y porqué tantas personas se dirigen a ese lugar? ¿Quién es ese Hussein cuyo mensaje motiva a la gente a desafiar todos los obstáculos y salir a conmemorar su muerte catorce siglos después? ¿Cómo puede un hombre que falleció 1397 años atrás permanecer tan vivo y tener tan palpable presencia ahora como para que todas esas personas tomen su causa como propia? «¿Quién es Hussein»? Para cientos de millones de sus seguidores, una pregunta tan profunda, que puede hacer que las personas renuncien a su religión por otra, solo puede responderse cuando has caminado al santuario de Hussein a pie.